viernes, 15 de febrero de 2013

OBSERVANDO LA INCONSCIENCIA

Suposiciones y motivaciones inconscientes que acechan tras la palabra "EDUCAR":
"Quiero que logres lo que yo nunca logré"...
"Quiero que seas algo en el mundo, para que yo lo sea a través de ti..."
" No me decepciones, he sacrificado mucho por ti..."
" Mi desaprobación es para que te sientas tan culpable que al final hagas lo que yo quiero..."
" Y por supuesto, yo sé qué es lo que más te conviene. Te quiero y seguiré queriéndote si haces lo que yo sé que te conviene ..."

¿Sentimos que algo de eso ha sobrevolado desde nuestra infancia en nuestro proceso educativo?
¿Percibimos que ahora lo reproducimos sin darnos cuenta con nuestras hijas y con nuestros hijos?
En el momento que somos conscientes de estas u otras motivaciones similares, comprobamos lo absurdas que son y comienzan a desaparecer. Sin más. Sólo con la receta de Buda: despertar. Sin juicios. Sin reproches ni remordimientos. El mero hecho de observar, va diluyendo la inconsciencia.

martes, 12 de febrero de 2013

UNA SOLA RECETA: SER CONSCIENTE



Cuando la gente le preguntaba a Buda: "¿Qué debemos hacer para no enfurecernos, o no tener codicia, o no tener obsesión con el sexo o con la comida?"
 Su respuesta era siempre la misma: "Hazte consciente. Pon consciencia en tu vida."
 Su discípulo Ananda que veía que siempre daba la misma "receta", le preguntó: "¿Qué pasa contigo? Vienen personas diferentes con "enfermedades" diferentes -unas con codicia, otras con sexo, otras con comida- pero tu "receta" siempre es la misma."

 Y Buda dijo: "Sus enfermedades son diferentes... porque la gente puede soñar diferentes sueños. Si dos personas se duermen, pueden tener dos mil sueños. Pero si venís a mí y me preguntáis cómo libraros de este sueño, la medicina siempre será la misma:¡Despierta! No va a cambiar; la receta será siempre la misma. Podéis llamarlo consciencia, podéis llamarlo recordar, podéis llamarlo meditación... son diferentes nombres para la misma medicina."
   
                          

¿EDUCAR?... ¿PELEAR?




Las cruzadas consistieron básicamente en que personas que decían ser cristianas atacaban, herían y mataban en nombre de Dios, que es Amor, a personas que decían ser musulmanas y que a su vez les atacaban, herían y mataban en nombre de Alá, que es Amor. Es decir, en nombre del Amor, las personas estaban en guerra y en constante odio. Una locura, vamos. Eso nos parece ahora cuando vemos películas o leemos libros sobre el tema. En nuestras vidas eso ya no sucede. Ahora no nos matamos... la mayoría de las veces. Ahora sabemos que aquella gente no sabía lo que hacía. No sabían lo que era Dios, no sabían lo que era el Amor. Estaban en guerra, pero no sabían por qué. Utilizaban palabras para intentar dar una explicación a su locura y hablaban del bien y del mal, del honor, de la verdad,... del respeto.
Curiosamente, esas palabras se siguen usando. En nuestra vida diaria no hay ejércitos que combaten con espada y escudo, pero ¿hay paz? ¿Alguna vez has sentido que estás "a la defensiva"? o que por parte de una o varias personas sientes que se te "ataca"? ¿Eres consciente de que estás en guerra? Vivimos en una guerra constante, pero no nos damos cuenta. Lo hacemos de forma inconsciente. Y solo siendo conscientes podemos salir de ella.
Miguel Ruiz, en "El Quinto Acuerdo" escribe:

Nunca seré yo quien escriba tu historia, del mismo modo que nunca permitiré que nadie escriba la mía. Respeto tu mente, tu sueño, tu creación. Respeto cualquier cosa en la que creas. Te respeto cuando no trato de decirte cómo vivir tu vida, cómo vestirte, cómo andar, cómo hablar, cómo hacer lo que sea que hagas en tu reino. Tan pronto como intente controlar tu reino, dejaré de respetarte y entonces iniciaremos una guerra por el control sobre tu reino.
Si yo trato de controlarte a ti, en ese intento de controlarte, pierdo mi libertad. Por consiguiente, mi libertad está en dejarte ser lo que quieras que seas, lo que quiera que quieras ser. Cambiar tu realidad virtual no es mi trabajo. Mi trabajo consiste en cambiarme a mí mismo(a).”

Cada persona crea su vida, que es su historia, su reino. ¿Cuántas veces invadimos el reino de otra persona en nombre del amor? ¿En cuántas guerras andamos todos los días? ¿Cuántas veces atacamos el Ser de nuestras hijas, de nuestros hijos, en nombre de un Dios llamado "es por su bien"?

viernes, 17 de febrero de 2012

miércoles 2 de marzo de 2011


¿EDUCAR = DOMESTICAR? (II)

"El Encantador de perros" es un programa espectacular (en apariencia, claro). Consigue que animales totalmente fuera de control, se conviertan en dóciles y agradables. César Millán, -el encantador- parte de un principio básico: tratar a un perro, a una perra, como lo que es. Y se esfuerza por explicar a las personas dueñas de esos animales que su comportamiento neurótico al tratarles como si fueran otra cosa, es la causa del comportamiento neurótico del animal.
Luego dedica mucho esfuerzo a "corregir los malos hábitos" (automatismos) sustituyéndolos por otros correctos, hasta conseguir una perra, un perro, dócil, que transmita tranquilidad y sea una buena compañía.
¿Y Supernnany? En apariencia otra vez, su forma de actuar se parece mucho a lo escrito arriba. Incluso podríamos transcribir las mismas palabras: ...dedica mucho esfuerzo a "corregir los malos hábitos" (automatismos) sustituyéndolos por otros correctos, hasta conseguir una.... ¡eeeh!
¡Ay! Aquí parece que nos encontramos con algo que no nos encaja demasiado. ¿Es posible que con esa "pedagogías" actuemos igual con un animal que ...con una persona? ¿Podría ser que si no somos conscientes, es decir, sin darnos cuenta, nuestros esfuerzos se encaminen a conseguir una niña, un niño,... dócil, que no moleste, que haga lo que queremos que haga? Y después, claro, le acariciaríamos el lomo y le diríamos cuánto le queremos... mientras se comporte así.
César Millán repite una y otra vez que una perra, un perro, no es una persona. Y que mientras no se tenga eso en cuenta se producirán comportamientos neuróticos.
... Y viceversa, añadimos, ¿no? Una persona, una niña, un niño, no es un animal. Y más aún: no tiene ni dueña ni dueño. No pertenece a nadie.Y mientras no se tenga eso en cuenta se producirán comportamientos neuróticos.
Tratar a un perro como a un perro, a una gata como a una gata,... a una persona como a una persona, parece fácil, ¿verdad? Sin embargo, en la escuela, en la sociedad, es como si hubiera un empeño en hacerlo difícil. Y por eso, a veces, nos asaltan las dudas: ¿queremos eso? ¿queremos en nuestra vida una niña, un niño, aceptando su Ser, todo su Ser, lo que Es... o necesitamos más bien algo como un animal dócil, que nos haga compañía, no nos lleve la contraria, se deje acariciar cuando nos plazca y se aleje sin protestar cuando no tenemos un buen día?


4 comentarios:


Marinela dijo...
Siempre he dicho que los animales tienen su sitio, nunca deben de ocupar el de las personas. Para las que viven solas, es bueno, les dan compañía y le motivan para salir y relacionarse con otras. ¿Cree que los niños de hoy son más felices que los de otras generaciones? Tienen muchos derechos que yo apoyo, pero falta uno, el derecho de aprender a ser padres y educadores a la vez. Eso no se enseña en las escuelas, lo aprendemos de los nuestros de lo que vemos en nuestra casa, unos con más suerte y otros con menos. Saludos.
Luis Cerron dijo...
La compañía de muchos animales es un auténtico regalo para las personas que tienen la suerte de disfrutar de su presencia. En cuanto a tu interesante pregunta:¿las niñas y los niños son más felices hoy que en otras épocas? No lo sé. La felicidad tiene que ver con que se nos permita SER.Pero no ser de una manera concreta, como quiere nuestra madre o nuestro padre, o como dicen en la escuela que hay que ser. Nacemos con todo lo necesario para SER y por lo tanto para vivir felices. Pero, a los pocos años,tras imponernos de forma inconsciente la necesidad de cumplir con una imagen determinada, nos volvemos grandes artistas de la actuación, haciendo creer a la gente que somos lo que no somos. Esto es agotador y crea mucha tensión (que luego sale como puede en forma de estallidos bruscos de ira, ansiedad,...). Eso es lo que he visto en mi vida y en la mayoría de la gente que conozco de otras generaciones y de la actual. ¿Qué te parece a ti? Un abrazo.
neko dijo...
hombre, no es educar hasta el punto de volver "dócil", yo creo que se trata mas bien de evitar problemas del comportamiento futuros. Creo que cuando vemos a un niño consentido pillarse berrinches y tirarse al suelo pataleando nadie piensa que el niño está siendo si mismo, simple y llanamente sus padres están haciendo algo bastante mal. Resumen, hay que educar a los padres en primer lugar, que ya hay demasiados padres que han tenido hijos por no tener nada mejor que hacer.
Luis dijo...
Agradeciendo tu comentario, me permito, Neko, utilizarlo para introducir alguna cuestión más. Parto de estar de acuerdo en que cuando "cualquier" persona se está tirando por el suelo y pataleando es cualquier cosa menos ella misma. Pero,...¿sabemos qué ha sido lo que ha motivado llegar hasta esa situación? Y no me refiero al momento concreto. ¿Sabemos cuál ha sido el comportamiento que, usando el ejemplo que nos ofreces, ese niño ha tenido que aprender hasta llegar a encontrarse en esa situación? Y más aún; ¿qué entendemos cuando decimos que es un "niño consentido"? Si lo relacionamos con que madre y padre están haciendo algo bastante mal,¿sabemos qué es ese algo? Esa madre y ese padre, seguramente no querrán ningún mal para su hijo, pero, ¿desconocen qué es ese algo que hacen mal? ¿cómo pueden saberlo? Son bastantes preguntas, ¿verdad? ¿Viene bien cuestionarse todo esto? Seguro que también hay múltiples respuestas. Gracias por compartir, Neko.

miércoles 16 de febrero de 2011

¿EDUCAR = DOMESTICAR? (I)






En la televisión cabe de todo. Junto a programas donde el mensaje fundamental es ser el centro de atención de todo el mundo a cualquier precio, podemos encontrar otros que se denominan educativos, pedagógicos, de orientación familiar,... cuyo objetivo parece ser el de ofrecer ayuda a las personas que lo necesiten a través de otras "expertas" en ofrecer esa ayuda. El formato es básicamente: se muestra la "situación problemática", donde la persona que demanda ayuda muestra su desesperación y su incapacidad de gestionar ninguna solución; entra en escena la persona experta que escucha la descripción del "problema" de boca de quien pide ayuda; la persona experta dice lo que está mal y lo que debe hacerse en su lugar; la que pide ayuda pone en práctica lo escuchado en presencia de la persona experta; se corrigen los errores cometidos durante la práctica; por fin, se muestra el gran cambio conseguido y la persona que pidió ayuda expresa en una declaración final lo feliz que se encuentra por el cambio y lo esperanzada que está por sentir que a partir de ese momento su vida va a ser mucho mejor.
"Super Nanny" es el programa estrella entre los de su especie. Lleva años en el modelo español y en algunas cadenas nos lo han mostrado funcionando en otros países. Pero hay más. Entre los más llamativos, porque aparentemente son muy diferentes, están "Hermano Mayor" y otro aparentemente con mayores diferencias: "El encantador de perros". Sí, sí, va de animales.
Los tres cumplen con el protocolo de actuación mostrado anteriormente. En los tres se ofrecen muchas directrices acerca de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. Y en los tres parece que si se siguen al pie de la letra esas directrices, se logra la conducta adecuada, desaparece el problema y las personas aprenden a vivir mejor. ¡Demostrado! ¡Se ve en la televisión! ¡Está comprobado! Muy bien. ¿Se puede añadir algo ante esto? Miles de madres y padres van buscando, a veces desesperadamente, la receta que les saque de ese sinvivir que a veces parece la tarea que les corresponde con sus criaturas. La televisión tiene la receta, y como siempre la ofrece en formato rápido y sencillo. Se acabó el buscar. Así hay que educar.... ¿Así hay que educar?
¿Qué nos parece? ¿Nos parece que esto es educar? ¿Nos parece que es intentar arreglar desperfectos educativos? Las personas que aparecen ¿han recibido antes una educación? ¿Ha sido una educación buena? ¿Ha sido una educación incorrecta? ¿Por qué "tienen ese problema"¿Qué es educar? ¿Qué te parece a ti? Se agradece tu compartir.
En la siguiente entrada continuaremos con esto.


2 comentarios:


neko dijo...
A mi parecer estos programas se deberían tomar mas para tomar algunas ideas que como un plan que seguir a rajatabla. La educación no debe tener unas reglas completamente estrictas. Cada niño es especial y tiene unos requerimientos especiales, pero el problema es que nos lo muestran como si fuera algo sencillo de conseguir y al alcance de todos que no es así. Si los propios padres no tienen el conocimiento necesario para sabér cómo actuar ya pueden llevarle super nanys o super nenas que el resultado final será el mismo.
Luis dijo...
Ahondando en tu comentario, Neko: las madres y los padres que desconocen qué hacer con sus criaturas, ¿qué deben aprender primero? ¿a cambiar el comportamiento de niñas y niños? ¿o a ser consciente de que cuando percibimos que algo no va bien en nuestras relaciones, se nos está invitando a realizar una auto observación? ¿Qué tienen que enseñarnos primero: a hacer que cambie el resto del mundo o a ver si se puede dar en mí algún cambio? ¿Es posible que queramos recorrer demasiado rápido el proceso? ¿Es posible que en la mayoría de las ofertas (de especialistas) que se nos ofertan, nos estemos saltando el primer - y fundamental - paso? ¿Es posible que por no dedicar tiempo a ese paso (miedo, pereza,...)todo el resto de la información recibida nos da la sensación de que no funciona como desearíamos? Última: ¿sirve de algo tanta pregunta? Cada cual seguro que tiene una respuesta. Gracias otra vez por ofrecernos tus comentarios. Un abrazo.

Enlaces a esta entrada

miércoles 2 de febrero de 2011


CONSCIENTE, ¿DE QUÉ MÁS?



Hemos dado nuestros primeros pasos en la Consciencia. Nos damos cuenta de algunas de las palabras que repetimos de forma automatizada. ¿Hay algo más? ¿Podemos ser Conscientes de algo más? A ver qué nos parece esto: casi todo lo que nos han dicho en nuestro crecimiento -y después también- es mentira. Es decir, todas las ideas que hemos aceptado como verdad, son falsas. Y esto trae como consecuencia que lo que transmitimos a nuestras criaturas -lo que nos han transmitido- es también falso. Eso que llamamos educación, en realidad no es más que "domesticación".
Miguel Ruiz en "Los Cuatro Acuerdos" describe de forma sencilla y clara esta domesticación. Al leer su desarrollo da la impresión que está contando nuestra infancia.
Nos conformamos ahora con un fragmento:

Adiestramos a nuestras criaturas, a quienes tanto queremos, de la misma forma en que adiestramos a cualquier animal doméstico: con un sistema de premios y castigos. Nos decían:"Eres un niño bueno", o:"Eres una niña buena", cuando hacíamos lo que mamá y papá querían que hiciéramos. Cuando no lo hacíamos, éramos "una niña mala" o "un niño malo".Cuando no acatábamos las reglas, nos castigaban; cuando las cumplíamos, nos premiaban. Nos castigaban y nos premiaban muchas veces al día. Pronto empezamos a tener miedo de recibir el castigo y también de no recibir la recompensa, es decir, la atención de madres, padres, hermanas, hermanos, profesorado, amistades,... Con el tiempo desarrollamos la necesidad de captar la atención ( ) para conseguir nuestra recompensa.
Cuando recibíamos el premio nos sentíamos bien, y por ello, continuamos haciendo lo que querían que hiciéramos. Por miedo al castigo y a la no-recompensa, empezamos a fingir que éramos lo que no éramos, con el único fin de complacer ( ), de ser lo bastante buenas y buenos para otras personas. Empezamos a actuar para complacer a mamá y a papá, al profesorado y a la iglesia. Fingimos ser lo que no éramos porque nos daba miedo que nos rechazaran. El miedo al rechazo se convirtió en miedo a no ser lo bastante buena persona. Al final, acabamos siendo alguien que no éramos. Nos convertimos en una copia de las creencias de mamá, las creencias de papá, las creencias de la sociedad y las creencias de la religión.
En el proceso de domesticación, perdimos todas nuestras tendencias naturales.

En este breve fragmento, ¿hemos visto algo de la historia de nuestra infancia? ¿lo reproducimos también con nuestras criaturas?


2 comentarios:


Wenky dijo...
Muy interesante, como siempre.
Luis dijo...
A mí también me lo parece, Wenky. Y sobre todo, liberador. Ser Consciente de todoas esas mentiras, tiene como consecuencia que cada vez te vas sintiendo más libre; que cada vez hay más paz en tu interior. (Eso es lo que yo siento, vamos) Un abrazo.

sábado 1 de enero de 2011

AÑO NUEVO, CONSCIENCIA NUEVA



En época de deseos, cuando nos toca hablar sobre nuestras criaturas, aunque dejamos entrever discretamente nuestras aspiraciones, terminamos casi siempre con la sentencia:
"Pero lo importante es que ella, que él, sea lo que quiera. Yo eso siempre lo respetaré".
¡Ay, nuestros deseos! Nuestros buenos deseos. ¿Sabemos realmente qué significa respetar lo que es cada persona (aunque esa persona sea "nuestra" hija, o "nuestro" hijo)?.
Antes de sumergirnos en mayores profundidades podemos hacer un pequeño (?) ejercicio de Consciencia:
Aprovechando que creemos que comienza algo (¿un año?) nos podemos animar a "comenzar" una nueva forma de observar nuestra relación familiar. ¿Cuántas veces me veo (sí, como si me estuviera viendo en una película) repitiendo a mi hija, a mi hijo, expresiones...
De estilo generalista, es decir, que le añades cualquier cosa; valen para todo:
-"Tienes que..."
-"No hagas eso..."; "Así no..."; "Deja, ya lo hago yo..."
-"Eres una..." "Eres un..."

Más concretas:
- "Esa ropa no..."; "Ponte esta otra..."
-"¡Cállate!" -"¡Contestame!"
-"Recoge..." "Guarda todo" -"Saca de ahí..."
-"¡Come! -"No comas (tanto, ahora,...)"
-"¡Muévete!" -"No te muevas..."
-"Ponte la ropa" -"Quítate esa ropa"
-"¡Más deprisa!" - "¡Más despacio!"
-"Duérmete" -"Despierta"
-"Ven" -"Vete"
-"Ahora sí" -"Ahora no"
-.......... (seguro que se te ocurren unas cuantas más)

Hasta llegar a una expresión que tal vez lo engloba todo:
"¡Estoy hasta.......(el moño, las narices, los...)!"

¡Ah!, eso sí. Todo lo redondeamos con un enorme ¡POR FAVOR!:
¡¡¡¡Cállate!!!!!..... por favor.
Mandamos (obligamos a realizar ) algo a alguien, pero a la vez "pedimos" que nos haga el favor de hacer algo (¿de verdad le estamos dando la opción de que decida si nos hace o no el favor?)


¿Podemos vernos así? ¿Representando ese papel? Sí, sí, el nuestro, no el de nuestras hijas y nuestros hijos. ¿Podemos ser conscientes solo por un momento, por este día (¿y el resto de la vida?), de las veces que le repetimos a una persona cómo debe ser? Ojo. Sin juicios. Sin bondades ni maldades. Es una peli donde no hay gente buena o mala. Simplemente sentarnos en la butaca de nuestra conciencia y vernos actuando, interpretando nuestro papel.
¿Podemos?¿Sí? Felicidades. ¿Quieres compartir el resultado de ese día de observación? Te lo agradecemos.
Ser consciente es el primer paso. Lo que tiene que llegar, llega.